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Las claves del exito en la felicidad de nuestros hijos. La autoestima (I)

 La clave del exito se fundamenta en el equilibrio entre la autoestima y la autoconfianza.

 Hoy nos centraremos en ese concepto que da respuesta a esa pregunta que nos hacemos en algunos momentos de nuestra vida: ¿Quién soy? Ese valor subjetivo del ser humano que nos permite creer en nosotros mismos es al que llamamos autoestima

Pues bien, ¿Cómo podemos desarrollarla en nuestros hijos?

Lo más importante es empezar dandoles amor e interesarse por ellos, así podrán desarrollar una adecuada estima de sí mismos gracias a esa sensación de seguridad, pertenecia y apoyo que le dan los padres.

Los límites que impongamos a los hijos deberán ser en un lenguaje positivo y con unas consignas que sean claras y precisas 

Jugar y hablar con los hijos es fundamental, contar cuentos, anécdotas,... Todo lo que haga que se pueda desarrollar el espiritu de pertenencia familiar

Hay que dar prioiridad a las necesidades de pareja. Cuando colocamos en primer lugar el matrimonio, habrá mayor probabilidad de exito como padres. Cuando los hogares giran al rededor de los niños no se producen ni matrimonios felices ni hijos felices. Si sucede lo contrario, cuando hay padres en armonía, los hijos presentan menos problemas en diversas áreas.

Los padres deben ser el modelo en el que  sus hijos aprendan  valores, respeto y modales básicos para vivir y sentirse bien en la sociedad. Que aprendan a tratar a los demás con amabilidad, respeto y honestidad.

Escuchemos a los hijos. Podemos dedicarles  una atención completa cuando están hablando, tratando de comprender el punto de vista.

Promovamos la independencia. Que los niños gocen de mayor libertad de manera gradual. Como padres, guiemos sus conductas y apoyemosles cuando lo necesitan. Les alientaremos cuando hagan las cosas por sí mismos y les felicitaremos cada vez que hagan algo bueno.

Ser realistas. No esperar que las cosas siempre vayan bien. Hay que estar preparados para ayudar a los hijos en la medida que lo necesiten



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Los tipos de vículo afectivo

La doctora Ainsworth, colaboradora de Bowlby, desarolló un proceso llamado procedimiento de la Situación-Extraña, para examinar la naturaleza del apego en niños. Mediante este experimento la madre y el niño son observados en una secuencia de situaciones que alejaban a la madre y se acercaba una persona extraña.

Las conductas del niño en cada una de estas situaciones era observada y evaluada, y según sus reacciones se puede hablar de varios tipos de vínculo:

  • El vínculo seguro: Los cuidadores son la base de seguridad cuando están angustiados. Tienen cuidadores sensibles a sus necesidades, y por eso tienen confianza en que sus figuras de apego estarán disponibles y responderán y les ayudarán en la adversidad. Predomina la confianza, a pesar de las dudas y el malestar. Los bebés que muestran un vínculo seguro al año de edad son, en etapas posteriores, más cooperadores y expresan afectos más positivos y comportamientos menos agresivos y de evitación hacia la madre y otros adultos menos conocidos, que los bebés que muestran vínculos inseguros.

  • El vínculo inseguro, que puede ser evasivo o resistente. Aparente desinterés y desapego a la presencia de cuidadores durante los periodos de angustia, que son pocos: el niño muestra poca angustia por la separación. Tiene poca confianza en que serán ayudados, inseguridad hacia los demás, miedo a la intimidad. Prefieren mantenerse distanciados de los otros, y no se acercan a la madre. La confianza en el vínculo se ha perdido o no se ha podido restablecer de forma optima. El niñ@ ignora a la madre o figura cuidadora principal cuando esta presente

  • El vínculo ansioso-ambivalente (desorientado), que también entraría en la inseguridad. Responde a la separación con angustia intensa y mezcla comportamientos de apego con expresiones de protesta, enojo y resistencia. Debido a la inconsistencia en las habilidades emocionales de sus cuidadores, estos niñ@s no tienen expectativas de confianza respecto al acceso y respuesta de sus cuidadores. Cuando la madre regresa no se acerca a ella y se muestra confuso y desorientado

De los padres depende el tipo de vínculo que se desarrollen con sus hijos, y desde el momento en que nacen pueden aproximarse a ellos, conociéndolos, descubriéndolos, atendiéndolos y entendiéndolos cada vez más.