Hoy nos centraremos en ese concepto que da respuesta a esa pregunta que nos hacemos en algunos momentos de nuestra vida: ¿Quién soy? Ese valor subjetivo del ser humano que nos permite creer en nosotros mismos es al que llamamos autoestima
Pues bien, ¿Cómo podemos desarrollarla en nuestros hijos?
Lo más importante es empezar dandoles amor e interesarse por ellos, así podrán desarrollar una adecuada estima de sí mismos gracias a esa sensación de seguridad, pertenecia y apoyo que le dan los padres.
Los límites que impongamos a los hijos deberán ser en un lenguaje positivo y con unas consignas que sean claras y precisas
Jugar y hablar con los hijos es fundamental, contar cuentos, anécdotas,... Todo lo que haga que se pueda desarrollar el espiritu de pertenencia familiar.
Hay que dar prioiridad a las necesidades de pareja. Cuando colocamos en primer lugar el matrimonio, habrá mayor probabilidad de exito como padres. Cuando los hogares giran al rededor de los niños no se producen ni matrimonios felices ni hijos felices. Si sucede lo contrario, cuando hay padres en armonía, los hijos presentan menos problemas en diversas áreas.
Los padres deben ser el modelo en el que sus hijos aprendan valores, respeto y modales básicos para vivir y sentirse bien en la sociedad. Que aprendan a tratar a los demás con amabilidad, respeto y honestidad.
Escuchemos a los hijos. Podemos dedicarles una atención completa cuando están hablando, tratando de comprender el punto de vista.
Promovamos la independencia. Que los niños gocen de mayor libertad de manera gradual. Como padres, guiemos sus conductas y apoyemosles cuando lo necesitan. Les alientaremos cuando hagan las cosas por sí mismos y les felicitaremos cada vez que hagan algo bueno.
Ser realistas. No esperar que las cosas siempre vayan bien. Hay que estar preparados para ayudar a los hijos en la medida que lo necesiten