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Ya soy mayor.


Muchos padres viven con la obsesión de que sus hijos ya son mayores. Obsesión impuesta por el sistema educativo de nuestro país y en el que, inevitablemente, todos hemos caído con frases como: “Haz pipí en el inodoro que ya eres mayor”, “¡Qué mayor! Que ya come solito”, “Comparte los juguetes que ya eres mayor”,”no llores que ya eres mayor”.
He de confesarles que me  fastidia.  Escucho con impotencia  estas frases  o enunciados “trampa”.
Enunciados trampa que, a mí parecer,  tienen doble moral. Frases que, si las leemos al revés, esconden mensajes ocultos.
Las 2 primeras frases se refieren a lo que se podría  denominar: “autonomía rápida”. Es decir, que hagan pipí en el inodoro sin darles tiempo a que controlen su propio cuerpo y  a que coman solos pero sin dejarles que se manchen.  En resumen, hacer las cosas por el camino corto
Si no respetamos los tiempos  de los niños conseguimos el efecto contrario, debido a una sobreprotección encubierta que hace que no puedan  descubrir las cosas por sí mismos. ¿Quién de ustedes no ha dejado comer solo a su hijo porque se iba a manchar? Pues mancharse, para ellos, es lo mismo que para usted se le “calara” el coche cuando aprendió a conducir.
Lo de controlar esfínteres es otro tema,  donde el niño debe estar preparado tanto fisiológica como emocionalmente.  (Primera entrada).
Y, todo ello, es porque les queremos enseñar cosas dándoles una única respuesta: ¡Porque sí!
Si yo les pidiera que me prestaran su Rolex para ponérmelo el sábado, que tengo una boda y me he quedado sin pila en el mío. ¿Me lo prestarían? Seguramente no. Y eso que les he dado una razón. ¿Por qué obligan a prestar los juguetes  a sus hijos? …. Porque, ¿Son mayores?
Y del tema de llorar… Ya hablaremos. No es tan malo como todos creemos.
Después de leer  esto, algunos podrán extraer la conclusión de que la culpa la tiene la Sociedad o el sistema educativo, como escribí unas líneas más arriba. Quizá sea así, yo me lo he llegado a creer al principio de este artículo. Pero no olvidemos que todos formamos parte de ella.
Llámenme  “Romántico” cuando pienso que si  entre todos acompañamos a los niños respetando sus tiempos (no los nuestros), podremos evitar que  siga pasándonos como nos decía Enrique Bunbury en una de sus canciones: “de pequeño me enseñaron a ser mayor, de mayor quiero aprender a ser pequeño…”
…. Y algo cambiará.

                                                                                                           Borja Quicios Abergel

1 comentarios:

  1. muy de acuerdo en tus observaciones . Estamos en una nueva etapa cultural. Ya no es una época en se debe glorificar la autonomía a cualquier precio porque la supervivencia no está ya en aguantar cualquier cosa a cualquier precio, que fue la historia de los niños de postguerra. Con la economía y política actuales, con la situación mundial, es muy conveniente favorecer el crecimiento de seres humanos dotados de sensibilidad, con sus facultades imaginativas, relacionales y creativas rindiendo al máximo. Ya, afortunadamente, hay buenas razones para la sensibilidad y el respeto. Las estrategias crueles y radicales de los espartanos o victorianos no son necesarias.

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